La turmalina es conocida como una piedra protectora que absorbe y transfiere energía negativa en positiva, brindando equilibrio emocional. La hematita, por su parte, aporta conexión a tierra, fuerza y enfoque mental. Juntas, estas piedras forman una poderosa combinación para la protección energética y la estabilidad.
La calavera, en un sentido positivo, simboliza transformación y renacimiento, recordándonos el ciclo natural de la vida y la importancia de aprender de nuestras experiencias. Es un emblema de resiliencia y evolución personal.